BLANCANIEVES, BONITA, ¡DEJA YA EL ESPEJITO!

No sé lo que a ti te habrán contado de Blancanieves, pero te diré, yo, que la conocí bien, que era la chica más vanidosa que jamás he visto. Cada vez que se cruzaba con un espejo, ya no había modo de que se despegase de él, hasta el punto de que se olvidaba de todo y había que gritarle: "Blancanieves, bonita, ¡deja ya el espejito!"

Con estas palabras comienza la Reina “su” cuento de Blancanieves, y puedes tener por seguro de que es una historia que nunca nunca habías oído contar antes.