- Editorial:
- EDITORIAL GEDISA, S.A.
- Ano de edición:
- 1997
- ISBN:
- 978-84-7432-658-1
- Páxinas:
- 192
- Encadernación:
- Rústica
- Colección:
- < Xenérica >
EL PRIMER AMOR
ALBERONI, FRANCESCO
La tradición dice que "al primer amor no se le olvida nunca". Pero, ¿cuál es el primer amor? ¿Es el primer enamoramiento que experimentamos al inicio de la juventud o también el enamoramiento infantil? Hasta ahora, este campo ha sido muy poco estudiado. Francesco Alberoni emprende esta tarea ahora por primera vez ofreciendo en este libro respuestas a un gran número de preguntas. ¿Cuándo nos enamoramos por primera vez? ¿Qué diferencia hay entre el enamoramiento de los niños, el de los adolescentes y los adultos? ¿Qué significa para los niños, los adolescentes y los adultos la figura del "amigo de corazón"? ¿Qué relación existe entre amistad y amor en la infancia, la adolescencia y la adultez?
Los resultados de esta investigación, narrada por Alberoni en un tiempo real y con el ritmo de una novela, son altamente sorprendentes. Desde los primeros años de vida los niños y niñas se sienten atraídos por otros y experimentan el estímulo de establecer vínculos amorosos profundos con otros niños y niñas. Este proceso continúa ininterrumpidamente durante toda la infancia y la adolescencia.
A través de vivencias narradas con apasionada empatía, se configura en este libro ante la mirada del lector una verdad importante: la vida amorosa es una sola cosa con la vida misma y se inicia y evoluciona junto con esta. Cada edad constituye una etapa y cada etapa tiene sus características peculiares, determinadas por las experiencias precedentes, como la rivalidad, las estrategias, la timidez y el miedo, la esperanza y la alegría, los éxitos y los fracasos. Para comprender el problema del amor y de la pareja adulta resulta imprescindible tener presente y descifrar los acontecimientos amorosos de la infancia y la adolescencia. Con un estilo liviano y atractivo,Alberoni logra guiarnos a través de los secretos más remotos del amor y nos enseña a reconocerlo en la propia vida como un hilo conductor que va guiando nuestras vivencias afectivas más preciosas.